Luciano Leoni

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Nombre: Luciano Leoni

“Sufro, pero el paisaje me hipnotiza”

Luciano es una de las personas que han logrado salir de la exclusión social gracias a su esfuerzo y al apoyo de Formació y Treball. Esta es la historia de un caminante que busca la superación personal.

Luciano Leoni llegó a Cataluña hace 13 años. Milanés, con estudios de bachillerato y especialización en artes gráficas, intentaba encontrar una salida a sus problemas de politoxicomanía cambiando de aires: “Yo no puedo decir que en mi vida haya tenido problemas laborales.

La cooperativa catalana de los contenedores naranjas, que colabora con Cáritas, recicla y vende ropa de segunda mano.

La droga fue la que me arruinó”. Luciano quería dejar todo atrás, “pensaba que cambiando de escenario podría dar un giro a mi vida”. No fue así, no pudo dejar de consumir cocaína y heroína, y durante cinco años durmió en el aeropuerto del Prat: “Inspiraba lástima a la gente, y a veces me daban algo, bolsas con comida. Así pude subsistir, pero no conseguía dejar la droga”.

Su familia, que al principio le apoyaba, dejó de hacerlo, y no les culpa por ello: “Se cansan y es normal. Saben perfectamente en qué te vas a gastar el dinero y dejan de dártelo. Es algo muy comprensible”.

Hace cinco años su organismo dijo basta. Pesaba 39 kilos con 1,76 centímetros de estatura, y se encontró de repente ingresado en el hospital de Bellvitge. Allí, con la ayuda de Cáritas, le buscaron un centro para tratar su toxicomanía, y después de dos años de tratamiento fue transferido a un piso autónomo.

Desde el 16 de mayo de este año su vida ha dado un vuelco. Recoge ropa de unos contenedores naranjas y la selecciona. Cobra por ello un sueldo de 900 euros por ocho horas de trabajo, esto es, unos 13.000 euros brutos al año, acorde con el convenio de recogida de residuos. La institución para la que trabaja es Roba Amiga, creada hace diez años, cuando Luciano (en la imagen) arrastraba su problema por las calles de Barcelona.

Ahora pesa 73 kilos y resultaría irreconocible para aquellos turistas que le ayudaban en el aeropuerto cuando pesaba tan sólo 39 y era puro hueso.“De los Leoni que hay en Facebook coge la foto del más guapo. Ese soy yo”, puede decir ahora. Actualmente cursa segundo de bachillerato -sus estudios en italiano no tienen convalidación- y quiere ir a la universidad para convertirse en Educador Social. Amén de su lengua materna, habla castellano, catalán y también está estudiando inglés.

La conversación de este milanés, salpicada de bromas, es alegre y chispeante. Sólo piensa en su próxima boda, que se celebrará el próximo marzo. A este italiano espabilado le gusta su trabajo, y los responsables de Cáritas le están animando a que se forme para ayudar a gente como él.

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