Nombre: Tocris Manuel Pérez Molina
Un sueño por cumplir: adquirir los conocimientos necesarios para volver a su país y montar un negocio. Tiene planes: “En unos terrenos familiares, cerca del lago Enriquillo, donde hay iguanas, caimanes, tortugas, flamencos…, quiero construir unos 15 o 20 bungalows para turistas. Hay un manantial y tendré agua suficiente. Calculo que tendré que trabajar para ahorrar unos 50.000 euros”.
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“En la montaña desconecto, me siento libre, olvido mis problemas. Aquí no hay ruido, no hay personas chillando en la calle…”
“Mi madre llegó sola a Catalunya en el 2002 y hace dos años y medio vino a buscarnos a mí y a otros cuatro hermanos a República Dominicana. Yo tenía 16 años y al principio no me acostumbré, llegué a mitad de curso y estuve seis meses sin hacer nada…”, cuenta Tocris en una improvisada sobremesa tras una copiosa cena en el refugio de Amitges, en el parque nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici. Tocris Manuel Pérez Molina lleva varias jornadas de marcha en paisajes de alta montaña. Con 18 años proclama, y demuestra, que puede con todo: seis, ocho, diez horas diarias andando, con más lluvia de la esperada, encarando agotadoras cuestas.
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